Puede, que me olvidé la razón en el trastero; de mi ultimo cumpleaños, de ponerle pilas al recuerdo, de hacer las paces con la certeza. De contarte por qué me fui; es más, de saberlo. De mezclar más alegría con menos dolor. De pretender que vuelvas. Me olvidé de echarle gasolina a la memoria, y no me anda. De peinarme hoy por la mañana. Pero me acordé de recordarte. Que para mi, es suficiente.
26 de junio de 2011
Recostada en mi cama abro la pequeña caja en donde guardo las pequeñas cosas que me recuerdan a ti. Cojo esa carta donde me juraste amor eterno, rompo a llorar y rompo la carta finjiendo así haber curado todo el dolor que deja tu ausencia. Acto seguido cojo ese llavero con forma de corazón que me conseguiste en la feria hace unos meses. Lo miro con furia y lo estampo contra el suelo. Casi inundada por las lagrimas que desprenden incansablemente mis ojos cojo la flor que queda dentro de la caja. La miro con nostalgia y cuidadosamente la dejo caer por mi ventana, esperando así que cuando pases por allí recuerdes lo que un día fue, y ya no es.
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