La velocidad con la que malgasto caminos. La rapidez con la que se esfuma la felicidad. Las despedidas que no llegaron a suceder. Los reencuentros que nunca sucederán. Mil ganas de que llueva y de no llevar paraguas en esta imaginaria ciudad. No quiero verte, no me quieres y no quiero quererte. Tampoco me mereces, ni te merezco, empatamos condiciones.
La velocidad con la que al pasar por los lugares que compartimos soy capaz de quererte. Mucho más, mucho más de lo que quisiera quererte. Porque te quiero. Y yo no quiero a cualquieras, porque parece que ya eres otra de las personas entre la multitud. Ya no destacas. No sobresales.
La velocidad con la que mis ojos se aguaron ayer. Ahora. Mañana. La velocidad con la que me brillaban los ojos al hablar de ti. Ayer.
La velocidad con la que todo sucede. La velocidad con la que no te echo de menos. Dicen que no se puede echar de menos a alguien que no merece ser recordado. Yo no te echo de menos a ti, echo de menos que no llegaras a ser lo que necesitaba que fueras.
Puede, que me olvidé la razón en el trastero; de mi ultimo cumpleaños, de ponerle pilas al recuerdo, de hacer las paces con la certeza. De contarte por qué me fui; es más, de saberlo. De mezclar más alegría con menos dolor. De pretender que vuelvas. Me olvidé de echarle gasolina a la memoria, y no me anda. De peinarme hoy por la mañana. Pero me acordé de recordarte. Que para mi, es suficiente.
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esto es mííío ;)
ResponderEliminarBORRALO.
Tuyo? JAJAJAJA :) Veenga chiikka, cuentame un cuento mejor sí? ;) que tú lo hayas copiado no significa que te pertenezca ;)
ResponderEliminarQue lo borre? no lo llevas tú claro ni ná :D